

La actualización de sistemas de control obsoletos se refiere al proceso de reemplazar o modernizar los componentes de un sistema de control que ha quedado obsoleto o desfasado. Esto se hace para mejorar el rendimiento, la confiabilidad y la funcionalidad del sistema, así como para mantenerlo compatible con las tecnologías y estándares actuales.
Cuando un sistema de control se vuelve obsoleto, puede haber varias razones para considerar su actualización:
Los componentes individuales del sistema de control pueden dejar de fabricarse o volverse difíciles de encontrar. Esto puede llevar a problemas de mantenimiento y reemplazo, lo que afecta la disponibilidad del sistema en general.
Los avances en tecnología pueden hacer que un sistema de control se vuelva obsoleto en términos de capacidades, rendimiento y funcionalidad. La falta de características modernas, interfaces de usuario intuitivas y conectividad con otros sistemas puede limitar la eficiencia y la capacidad de adaptación del sistema.
Los sistemas de control obsoletos pueden no cumplir con los requisitos normativos actuales, lo que puede llevar a problemas de seguridad y cumplimiento en la industria.
Se realiza una evaluación exhaustiva del sistema de control obsoleto para identificar los componentes específicos que necesitan actualización, así como las mejoras necesarias en términos de funcionalidad, rendimiento y compatibilidad.
Se diseña un nuevo sistema de control actualizado que aborde las deficiencias y limitaciones del sistema obsoleto. Esto puede incluir la selección de nuevos componentes, la actualización del software y la incorporación de tecnologías modernas para mejorar el rendimiento y la funcionalidad.
Los componentes obsoletos o desactualizados del sistema de control se reemplazan por nuevos componentes compatibles con la tecnología actual. Esto puede implicar la actualización de hardware, como PLCs, HMI, drives, sensores, etc., así como la migración de software y sistemas operativos.